«Una agenda para la descentralización», por Carlos Casas

Va a ser la sexta vez que vamos a votar por autoridades regionales desde el inicio del último intento por descentralizar nuestro país. En el caso de las municipalidades, las elecciones tienen mayor tiempo, pero lo que ha marcado este proceso es la aparición de los gobiernos regionales. Este nivel intermedio de gobierno debe ser una bisagra entre el nivel nacional y el local, y jugar un papel articulador. Lamentablemente, no ha sucedido nada de ello. Es más, podemos decir que no existen regiones hasta el momento dado que estas se formarían a partir de la unión de dos o más departamentos.

Los problemas de ineficiencia, falta de capacidad de funcionarios y corrupción que han aparecido en los últimos años han añadido elementos que han creado una corriente en contra de la descentralización, echando la culpa a este proceso de buena parte de los problemas del país. Ello es un análisis simplista dado que existen otros factores que contribuyen a la situación actual. Sin embargo, nada está labrado en piedra y siempre existe la posibilidad de mejoras. Eso es algo que algunos gobiernos no entendieron, dado que creyeron que el proceso terminaba con la transferencia de competencias y no había nada que supervisar.

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